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El Ejército de las Tinieblas: Lo divertidamente grotesco del gore.
Esta es una de esas películas (no sé si os ha pasado a vosotros) de la que tenéis constancia de su existencia, pero que nunca acaba de llamaros la atención. En mi caso, siempre la veía en tiendas, o escuchaba referencias sobre ella en conversaciones entre amigos o leyendo foros sobre cine. Pero entre unas cosas y otras nunca la había visto, ni tan siquiera alguna escena de manera independiente. Así que una tarde de otoño de hace un par de años, haciendo zapping en la televisión me encontré con El Ejército de las Tinieblas recién empezada. "Parece que el destino me invita a verla" pensé. Y gracias a Dios que lo hice.
Pero antes de desgranar la película, hagamos un poco de historia. El Ejército de las Tinieblas no es más que la tercera parte de una saga dirigida por Sam Raimi (sí, el de Spider-man) llamada Evil Dead. ¿Y por qué no se titula "Evil Dead 3"? Pues porque resulta que Dino de Laurentis, productor de las dos primeras partes, no quiso seguir con la saga tras los malos resultados de Evil Dead 2 y Raimi tuvo que "buscarse las castañas" por su cuenta; tampoco podía usar el nombre de la saga -cuyos derechos poseía de Laurentis- así que la tituló "El Ejército de las Tinieblas", si bien todo el mundo la conoce como Evil Dead 3.
El punto de partida de esta tercera entrega viene precedida del final de la segunda parte, en la que nuestro protagonista Ash es absorbido por un torbellino junto a su coche, yendo a parar a un lugar donde de repente se le acercan unos caballeros con armaduras. Por lo tanto, tenemos a Ash en un lugar extraño, rodeado de tíos con armaduras. Desubicado, es capturado y arrojado a algo parecido a un pozo; allí tiene que luchar contra un poseído -para no perder la costumbre-. Desde fuera le arrojan la sierra mecánica que llevaba en su coche y ¡voilà!, ya tenemos la primera escena sangrienta de la película. Así, a las bravas, a la primera de cambio. Raimi en estado puro.
Abatido el poseído, Ash se convierte en un héroe y él, creído y vanidoso, está encantado de la vida. Campando a sus anchas por el castillo, aprovecha sus conocimientos y encantos propios de su personalidad para flirtear con la chica mona de turno que no falta en las películas gore. Se puede ser un héroe y un Casanova a la vez, hay que aprovechar el tiempo.
Todo va viento en popa, hasta que le encomiendan la tarea de ir a buscar el famoso Necronomicón; Ash accede ya que descubre que ese libro es la única manera que tiene de volver a su tiempo.
No seguiré hablando de la película para no fastidiar al que la quiera ver, pero os puedo bien asegurar que si bien las dos primeras partes de la saga estaban repleteas de escenas de terror, en "El Ejército de las Tinieblas" poco queda -por no decir nada- de miedo y sustos. En cambio, pero, durante todo el fin encontramos infinidad de pequeños homenajes al género gore y gags muy divertidos. El protagonista y pilar fundamental de la película -y por ende de toda la saga- es Ash; a pesar de ser un personaje muy estereotipado funciona muy bien en el particular universo de las películas y acaba siendo incluso entrañable para el espectador. Acompañado siempre de su sierra mecánica y su rifle, en esta tercera parte se construye un artefacto que constituye un punto de "épica gore" que entusiasmará a los más fans.
Como curiosidad, decir que la película tiene un final alternativo, o más bien el que en un principio concibió Raimi y que finalmente le obligaron a cambiar por el que todos hemos podido ver. Visto el otro final, ese debería haber sido el oficial, pero los que pusieron la pasta para realizar la película no pensaron así. Una lástima.
En definitiva, y desde mi punto de vista totalmente personal, es una película imprescindible para todo amante del terror y el gore. Una de las ventajas es que no es necesario ver las otras dos partes precedentes para entender lo que ocurre en "El Ejército de las Tinieblas". Y os digo que descubrir el personaje de Ash por primera vez es revelador. Y para los más aprensivos con la sangre, no tendréis problemas para verla ya que dentro del género se podría considerar una película "light".
Y qué leches, siempre va bien echarse unas risas. Y en eso Raimi es todo un experto.
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