El Criticomerón: Crítica de "Extraterrestre"

¡Buenas noches de nuevo queridos lectores! Hoy no voy a hacer la sección de "La recomendación de la semana", pero no os alarméis, traigo una razón de mucho peso...¡tengo el honor de presentaros a un nuevo colaborador! Su nombre es Alejandro, y a partir de hoy se encargará de hacer críticas, tanto de películas modernas, como de clásicos. 

Todavía no he cuadrado un día fijo para él, espero poder aclararme estos días y deciros los días que escribirá y las cosas que cambiaré en el blog. Mientras tanto, disfrutar de su crítica de "Extraterrestre". ¡Un saludo!

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Extraterrestre: Una de enredos sin marcianos.

Para empezar, he de deciros que la película puede resultar engañosa si algunos habéis visto el tráiler. En un principio puede parecer que se trata de una película de ciencia-ficción, y cómo no de la mano de su director Nacho Vigalondo eso siempre es sinónimo de espectáculo (su anterior película, Los Cronocrímenes, es genial). 

Pero amigos, una vez empieza la película rápidamente nos damos cuenta que la ciencia-ficción es sólo un pretexto para contarnos otra cosa. En el fondo todo el film habla de algo mucho más mundano pero seguramente mucho más importante: las relaciones personales.

Una de las cosas que más me han gustado ha sido la sensación de no saber por dónde va a tirar la película; así como muchas pueden darte pistas de por dónde irá el guión, en "Extraterrestre" no ocurre eso. Eso crea una desconcierto que te mantiene con todos los sentidos puestos en lo que sucede en la pantalla. La incertidumbre se convierte en este caso en un poderoso factor. Vigalondo juega al despiste prácticamente todo el rato, todo compaginado y convertido en una comedia de enredo que arranca más de una y de dos carcajadas.

 

El trabajo de los actores es perfecto y se adapta como un guante al guión, sin prácticamente ninguna fisura. Todos y cada uno de los personajes tienen una profundidad rica y están perfectamente marcados, mostrando unos aspectos y comportamientos en los que seguramente la mayoría de la gente se ve identificada. Y ahí radica otro de los puntos fuertes de la película: la identificación por parte del público al ver a los personajes. Destacar el trabajo de Raúl Cimas y Carlos Areces, de la escuela de los gañanes de Muchachada Nui y La Hora Chanante; ellos dos ya valen la película entera. 

Diálogos para todos los gustos: ácidos, cortantes, estúpidos, vergonzosos, tiernos, épicos... conversaciones basadas en malentendidos que convergen en situaciones surrealistas, y sin embargo totalmente factibles de ocurrirnos en cualquier momento de nuestra vida.

Vigalondo maneja más de un estilo y género a pequeña escala, con más de un homenaje a iconos de la historia del celuloide. Se nota que ha mamado cine y del bueno, y es fácilmente reconocible.

En definitiva, queridos adictos, no perdáis la oportunidad de ver esta película. Es un pequeño oasis dentro de la cada vez más bochornosa industria española de cine.

Alejandro.